Este estándar se publicó en octubre de 2016, en donde se especifican varias políticas, procedimientos para que así una organización pueda prevenir, identificar y manejar el soborno, puede ser utilizada por todo tipo de organizaciones, pequeñas, medianas y grandes, tanto del sector público como privado ya que está diseñado para ser una herramienta flexible que se puede adaptar a la naturaleza de la organización incluso al riesgo de soborno que enfrenta.

Dentro de los riesgos que podemos contemplar si la organización está involucrada en un soborno tenemos: Factores éticos, esté es quizá uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de una infraestructura segura y adecuada ya que se considera al soborno como poco ético e inaceptable. Riesgo legal, existen varios tratados internacionales que están implementando leyes y procedimientos contra el soborno, dentro de los más importantes tenemos la Convención de las Naciones Unidad contra la Corrupción (2003) y la Convención de la OCDE para combatir el soborno (1999); dentro de las leyes penales podemos tener desde multas hasta encarcelamiento y dentro de las leyes civiles pueden llegar hasta el término del contrato y exijan las partes interesadas el pago de una compensación. Riesgo de seguridad y calidad, como por ejemplo en el caso de un soborno al supervisor de una organización para pasar por alto una mala gestión de seguridad industrial puede provocar la muerte o lesiones a los trabajadores o un soborno a un gerente de adquisiciones puede resultar que la organización compre productos de mala calidad que requieran reparación o reemplazo, es por esto que necesitan controles eficaces contra el soborno. Riesgo financiero, ya que las consecuencias de involucrarse en un soborno pueden traer mayores pérdidas de dinero por las multas, compensaciones a personas afectadas, costos de investigación, costos por tramitar reclamaciones o los costos para reparación o compra de productos dañados o en mal estado debido al soborno. Riesgo de reputación, el hecho de que una organización se vea involucrada en un soborno puede resultar en que se pierda el empleo, en que se dejen de tener clientes por el riesgo de la reputación, o que los empleados éticos no estén dispuestos a laborar en una organización que se cree no es ética.

Lo mejor para evitar este tipo de situaciones es que la organización asegure que sus procedimientos cumplan con la norma ISO 37001, cuya certificación le otorgará a la organización la garantía del buen desempeño tanto de sus colaboradores como de sus actividades.